viernes, 17 de agosto de 2018
Primero Mujer, luego Mamá
Si yo les preguntara... ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Qué responderían? evidentemente, cada quien tendria una u otra respuesta y habrá algún osado que hasta argumente la suya. Pues con la vida de la mujer sucede algo muy similar, cuando estamos entrando en la vida adulta el contexto nos motiva a ser mamás, y nos dicen que sólo así estaremos completas, y una vez que nos convertimos en madres, ese mismo contexto nos empuja a que no nos descuidemos, y a que recordemos que somos mujeres y que debemos andar bellas y muy bien arregladas, aparte encargarnos de una marido (si es que lo tenemos) y blah blah blah... Para mi resulta imperativo desde mi vivencia compartir con ustedes la experiencia que me lleva a decirle a todas las mamás que ¡Eres mujer! siempre has sido mujer y luego te convertiste en madre.
Pero socialmente nos han conflictuado con nuestra esencia femenina, la han desdibujado y nosotras hemos comprado esos puntos de vistas y creencias que nos apartan de nuestra feminidad. Ser mujer NO es: ser mamá, ni mucho menos ser esposa abnegada (de esas que casi hasta le dan la comida en la boca al marido),es decir, no tiene absolutamente nada que ver con esos cánones de mujer ideal basado en el punto de vista del hombre (y de muchísimas mujeres). Ésta mal entendida feminidad, no es más que una idea superficial que no deja aflorar la auténtica esencia de la mujer y que durante mucho tiempo nos ha sumido en la opresión y en una exigencia hacia nosotras mismas casi imposible de cumplir.
La primera característica de la feminidad radica en la felicidad, en esa felicidad de ser y sentirte mujer, y esto es fácilmente perceptible por los que te rodean, otra cualidad sería la sensibilidad, la cual no debe confundirse con debilidad, es más, la sensibilidad es sinónimo de fortaleza; la sensibilidad es la capacidad de recibir estímulos de nuestro entorno y de nosotras mismos. Ese atributo, la receptividad, es una característica propia de todo ser vivo. Para poder recibir es importante aceptarlo, abirnos. Si estamos cerradas, no recibimos nada. Si cerramos los ojos, no vemos. Si cerramos nuestro corazón, no amamos. Si cerramos nuestra mente, no pensamos, y miren que nosotras las mujeres tenemos muchos atributos bien abiertos, somos bastante receptivas. Ahora bien, la dulzura es otra característica de la feminidad; pero desde un feminismo bastante distorcionado y absurdo, nos gan querido mostrar como si tenemos que ser tan rudas como un hombre, y ello implica ser amargas, no caigamos en ese engaño, en el fondo a todas las mujeres nos gusta tratar con dulzura a quienes amamos y por supuesto ser tratadas con dulzura de parte de quienes nos aman. Otra característica de una mujer con una feminidad desarrollada suele ser la inteligencia, pues una mujer conectada con su fuente es una mujer que ya está actuando con inteligencia. Todo ello nos llevará siempre a un equilibrio, eso sí, el primer paso siempre debe ser la aceptación de ti misma, para luego desarrollar cada una de estas cualidades.
Una vez desarrollamos dichas caracteríaticas, lograremos percibirlo con facilidad y por ende lo reflejaremos hacia otros. Es así como las invito a sólo visualizar a una madre que se acepta, que es perceptiva, receptiva, dulce, sensible, inteligente y feliz, ¿Cómo creen que la verían sus hijos? ¿Tomarían sus hijos ese ejemplo de integridad? las respuestas se las dejo de tarea.
Ahora bien, ser una mamá que se preocupa por su feminidad no tiene nada que ver con ropas y calzados ostentosos o maquillaje exagerado, aunque yo siempre les digo a las mamás que debemos andar prolijas y bien arregladas, cuando nos miramos a un espejo y nos agrada la imagen, pues tan sensillo como que también seremos agradables a nuestro entorno, así que por el hecho de ser madres, no se justifica el andar mal arregladas, despeinadas o con ropas viejas y desgarradas (miren que la maternidad muchas veces da por ahí).
Entonces en este caso... ¡Primero debe ser la gallina!si la gallina, se siente plena, feliz con lo que es, el huevo que viene después sólo será su complemento.... y recuerden ¡Mamá feliz, hijos felices!
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