martes, 3 de octubre de 2017

Ni premios, ni castigos, ni silla de pensar...

Así como lo indica el enunciado, basta ya de abusar de nuestros niños sólo por la mera condición de ser niños, debemos comprender que los adultos estamos para ser una guía no para ser los verdugos de la crianza y la educación, el respeto lo pedimos a gritos, pero estamos relamente respetando a los más pequeños? los premiamos porque hacen algo "Correcto" pero vale la pena detenerse... correcto para quien? y es que estamos acostumbrados a premiar con objetos materiales y debo explicar, cuando premias, estás condicionando al niño a que haga las cosas por complacer a otro y porque así obtendrá algo que desea, no por el hecho de que es una acción correcta o porque hacer el bien es simplemente satisfactorio, ahora bien, te has puesto a pensar que sucederá el día que no puedas premiar a tus hijos o a tus alumnos? sabes que vas a crear una gran molestia? que no va a entender que tu no puedes premiarlo? se sentirá traicionado.... y es responsabilidad de quien? del que premia o del niño? y allí entonces al no saber como controlar la situación recurrirás al castigo... el castigo es malo, no, no es malo, es malísimo pues le estamos afianzando a los niños que los demás podemos mandar en sus comportamientos, y que vamos cortando su creatividad y su inventiva, esto por vivir una vida de acuerdo a unos patrones de otros! . El castigo humilla, maltrata y el castigado se siente violentado, por ende la violencia, generará más violencia y tenemos la falsa creencia de que sólo los limites están para ser implementados en la infancia. Cada hogar y cada salón de clases debe tener sus normas de funcionamientos, esas que establecerán sus propios límites de acuerdo al contexto, estas normas han de ser construidas por todos los miembros del grupo y no solo por padres o docentes, de ser así no serían democráticas y esa es la primera característica que han de tener. Ahora bien, hemos de conmprender que los niños se comportan como niños, y por ello no deben ser castigados, debemos respetar su desarrollo y su ritmo evolutivo, guiarlos, ayudarlos a auto regularse, los niños no se pueden compoartar como adultos porque simplemente no lo son... y ¿qué pasa si violan alguna norma? pues obviamente traerá consecuencias, pero consecuencias naturales, nada que sea un castigo disfrazado de consecuencia, es decir, si el niño derrama algo en el piso, debe recogerlo, si está muy pequeño necesitará ayuda y allí le estaríamos enseñando empatia y cooperación, si rompe algo deberá o repararlo o comprender que ya está perdido y que dejará algún vacio en el lugar al cual pertenecia, es cuestion de abrirse al cambio, de mirar nuestro interior, a ese niño que llevamos en nuestro corazón, ¿cómo eramos? ¿qué haciamos? y luego cuestionarse el por qué castigar a nuestros niños por algo que tal vez nosotros también hicimos de pqueños. Es así, como alguien se dio la tarea de inventar la famosa sila o el rincón de pensar, una humillación disfrazada de disciplina... ¿por qué hacer algo a un niño que no le harías a un adulto?, una práctica muy conductista (la cual condiciona a un comportamiento esperado) que se enfoca en la obediencia hacia el adulto, aportando poco o nada a la autoestima infantil y al esperado pensamiento reflexivo de las conductas realizadas, el cual nunca sucede, un niño en la silla de pensar se tranquiliza por miedo, para que no lo manden a esa silla humillante, esta no surte el efecto que el adulto desea. En realidad cuando el niño está en la silla, está aislado, enojado y frustrado, y eso está muy lejos de que realmente reflexiones sobre sus acciones. Este tipo de técnicas causan sensación de abandono en el niño, de rebeldía, disminuye las posibilidades de diálogo y negociación, entre pares y sobre todas las cosas con los padres y docentes. La negociación es el arma de los más inteligentes, aquellos que deciden humillar y más a alguien que por fuerza, edad, peso y estatura es inferior imperan, pero quienes creemos en otro tipo de crianza y educación poco a poco modificaremos pensamientos y sentimientos. Es imposible criar y educar a los niños de ahora como lo hicieron con nosotros, cada día nuestro mundo es diferente y nosotros debemos modificar con él, basta ya de prácticas humillantes e irrespetuosas como las expuestas en este post, seamos empáticos, amorosos y respetuosos.